Estos vinos tienen la característica de poseer una pequeña cantidad de anhídrido carbónico, este gas puede añadirse (se añade azúcar al vino base en un recipiente herméticamente cerrado al que se le agrega la levadura, sistema similar al utilizado para los vinos espumosos aunque a menor presión) o bien tener su origen en el proceso fermentativo del vino, como es el caso de los vinos de aguja naturales.
Luego de abierta la botella el gas se va desprendiendo muy lentamente, esto da origen a pequeñas burbujas que no llegan a producir espuma. En la boca percibiremos una sensación picante y agradable, de ninguna manera estas sensaciones deberán ser agresivas.
Los vinos de aguja sueles ser blancos o rosados generalmente semisecos o semidulces, estos deberán consumirse jóvenes, preferentemente durante el mismo año de su embotellado, se recomienda servirlos a una temperatura de 6-8ºC.
Son vinos ideales para la época estival ya que maridan a la perfección con platos frescos como ensaladas, mariscos, pescados, arroces, aperitivos o postres.
Laura Decurnex.