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el vino y las celebridades

Cada vez más personalidades de mundo de la música, el cine, el deporte, el periodismo o la moda se apuntan a la aventura vinícola. Le proponemos un interesante recorrido a través de ‘los vinos de las estrellas’ .

El actor Gérard Depardieu no sólo es reconocido por su labor frente a la cámara sino que también ha ‘cosechado’ grandes éxitos como bodeguero. La ex compañera sentimental de Depardieu también es una gran amante de los vinos, incluso produce sus propios caldos en la Isla de Pantelleria, al suroeste de Sicilia …

En el DNI del actor francés más popular de las últimas décadas, Gérard Depardieu, no existen referencias a su actividad en el cine o el teatro. En el apartado ‘profesión’ pone muy claramente: viticultor.

Y no se trata de un exabrupto romántico de un amante apasionado del vino –al estilo de Dalí: ‘Me gustaría ser todo de vino para beberme yo mismo’–, sino de una tangible realidad: Depardieu es bodeguero desde hace treinta años.

Primero se hizo con una hectárea en Borgoña: más tarde –en 1989– compró el Château de Tigné, con 110 hectáreas en Anjou (Loira) y en Condrieu, adquiriendo la mitad de las acciones del Domaine Alain Paret; después invirtió en Burdeos, en el Château Gadet de Médoc; luego también en el Languedoc-Roussillon, comprando dos hectáreas en Aniane (Hérault); finalmente, desembarcó en la D.O. zamorana de Toro, para compartir con el bodeguero Bernard Magrez su primer proyecto fuera de Francia.

El vino nacido de esta experiencia se llama Spiritus Sancti. ‘Es apasionante descubrir un terreno que te gusta, de sólo dos o tres hectáreas, y hacer que ese suelo te dé lo mejor. Es como cuando haces una película en el extranjero: tienes que aprender rápidamente, en el mismo terreno, todas las particularidades del lugar. Al final, acabas tan enganchado que lo sientes como un sitio propio’, explica Depardieu.

El actor francés comparte la pasión vinícola incluso con su ex compañera sentimental, Carole Bouquet (imposible un nombre más organoléptico), quien ya había tenido algunas experiencias en el mundo de la viticultura antes de asociarse a Magrez y Depardieu en la explotación de los ‘pagos de excepción’ en Burdeos y el Languedoc. Por su propia cuenta, la bella Bouquet elabora vinos incluso en Italia: un goloso y complejo passito en la isla de Pantelleria.

Pero no son Bouquet ni Depardieu los personajes del mundo del cine más conocidos dentro del universo vinícola. Los supera el inefable Francis Ford Coppola, que hace años ha apostado fuerte por el vino californiano haciéndose con el antiguo domaine Niebaum (hoy Niebaum-Coppola), que produce vinos desde 1879. Al ‘padrino’ de Napa Valley le gusta jugar fuerte: hace cuatro años llegó a pagar por una parcela en Cohn Vineyard –en la zona más valorada para el cultivo de cabernet sauvignon de toda California– la suma de 840.000 dólares por hectárea. Todo un récord en la zona, que supera incluso a sus millonarios vecinos, Robert Mondavi y la baronesa Philippine de Rothschild. Casi nada: las emociones de Apocalipsis Now llevadas al mundo del vino.

En la bodega de Coppola, huelga decirlo, se mezclan las pasiones cinematográficas con las vinícolas. Con la viña, los galpones para la elaboración y las salas destinadas a la crianza, convive un museo iconográfico para los fans del director, donde reposan las vestuarios de la película ‘Dracula’, la silla de Marlon Brando en El Padrino y los cinco Oscar ganados por el gran Francis. En conclusión, todo un parque temático ‘coppoliano’ para el uso y disfrute de los admiradores que se acercan a la bodega de Napa por motivos extraenológicos.

La lista de los profesionales del celuloide que se han pasado a la viña tiene su representación nacional en Imanol Arias (Cepa 21, en la Ribera del Duero) y el director José Luis Cuerda (San Clodio, en Ribeiro).

Sin embargo, el de la industria cinematográfica no es el único gremio español que ha visto como sus figuras se pasan al vino. Porque también hay cantautores (como los catalanes Joan Manuel Serrat, con Mas Perinet o Lluis Llach, con Vall Llach), deportistas (Emilio Butragueño, Michel y Manolo Sanchís, con la Finca Casalobos, que también tiene como socio al cantante Miguel Bosé, o el piloto Carlos Sainz y su vino ‘Pegasus’) y presentadores televisivos o radiofónicos (entre ellos, Emilio Aragón, con Martúe y Carlos Herrera, con Carmen), por no hablar de los vinos elaborados por la familia de personajes ilustres como es el caso de los vinos de Florentino Arzuaga, padre de la diseñadora de moda Amaya.

Y hablando de moda, también tenemos en este sector una importante representación de maestros de la aguja ‘picados’ por el gusanillo de la viticultura: desde el gallego Roberto Verino (creador de los vinos Terra do Gargalo, nacidos en el valle de Monterrei, en la localidad orensana de Verín) hasta el internacional Roberto Cavalli, quien junto a su hijo Tommaso, ha lanzado recientemente sus vinos Cavalli Selection y Cavalli Collection elaborados en la región de la Toscana.

Hoy, incluso el gran Bob Dylan puede enorgullecerse de tener su propio vino. Y bastante bueno, por cierto: el italiano Planet Waves.

Una lista de ‘celebrities’ ligadas de un modo u otro al vino que no deja de crecer y crecer. Ayer sin ir más lejos conocíamos que unas bodegas de la pequeña localidad francesa de Miraval han dedicado uno de sus vinos a los actores Angelina Jolie y Brad Pitt. Se trata de una cosecha de 2004 en cuya etiqueta aparece la famosa pareja, que estos días se alojaba en esa población de Francia mientras esperaba la llegada de sus gemelos.

Pero al margen de anécdotas como esta última, lo cierto es que cada día son más los vinos de calidad firmados por alguna personalidad. Son ‘los vinos de estrellas’. Aunque, vista la excelencia de estas botellas, cabe preguntarse si la estrella es el autor o el propio vino. Nada mejor que catarlos para salir de dudas…

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