El 2021 está siendo un año de excelentes condiciones climatológicas, con una buena pluviometría y unas temperaturas suaves
La bodega espera recoger una uva de excelente calidad y una cantidad de kilos superior respecto al año pasado, que fue climatológicamente complicado
Salas Bajas, 18 de agosto de 2021.- ENATE ha comenzado este miércoles, 18 de agosto, la que es su vendimia número 30, en fechas similares a la media histórica de la bodega, y lo hace con la cosecha de su variedad chardonnay de las parcelas más jóvenes. Asimismo, la bodega prevé una gran calidad en las uvas, con una de las mejores campañas de la última década, y un 20% más de cantidad respecto al 2020 debido a unas magníficas condiciones climatológicas para el cultivo de la vid: un año seco y con un verano de temperaturas suaves.
Si algo ha marcado el ciclo vegetativo de la vid este 2021 han sido las suaves temperaturas y las escasas precipitaciones a lo largo de todas las estaciones. Unas condiciones climatológicas muy favorables y más propias del Somontano, que el año pasado vivió una situación excepcional de lluvias.
Y es que, aunque el otoño fue bastante seco, el Somontano vivió precipitaciones suficientes para que la planta pudiera recuperarse de la vendimia del 2020. Además, la primera parte del invierno fue muy frío y seco, lo que resultó muy favorable para la poda y la correcta cicatrización posterior, por el efecto saneador del frío en el viñedo. La segunda parte del invierno vino marcada por la borrasca Filomena, que en el Somontano dejó importantes nevadas, con acumulación de precipitaciones de 50 milímetros, provocando importantes acumulaciones de reservas de agua en el subsuelo. “Debido al proceso del deshielo de la nieve, cada copo que cae se deshace y pasa al subsuelo, resultando muy beneficioso para los cultivos de secano”, explica Jesús Sesé, director del Departamento de Viticultura de ENATE. Además, el Somontano no vivió el
efecto negativo de bajas temperaturas que trajo consigo Filomena, ya que en esta zona no se experimentaron temperaturas por debajo de los -6º, por lo que no hubo daños en el viñedo.
A su vez, la primera parte de la primavera fue muy seca y bastante suave con temperaturas inusualmente cálidas que favorecieron la brotación temprana del viñedo, mientras que un posterior periodo de frío provocó una parada vegetativa. “En otras zonas europeas esta ola de frío se saldó con importantísimas heladas, catalogándose incluso como la helada del siglo, pero afortunadamente no afectó al Somontano”, explica Jesús Sesé. Un poco más tarde vivimos una primavera muy suave y ventosa, con una baja humedad relativa y con escasa pluviometría, pero bien repartida a lo largo de esta estación, por lo que se produjo un buen cuajado de la uva, repercutiendo en un aumento de la producción.
Ya avanzado el ciclo vegetativo, el verano se caracterizó por ser muy suave, con una pluviometría suficiente. “Por suerte, no experimentamos granizos y las temperaturas fueron suaves, con una breve ola de calor en julio, por lo que podemos hablar incluso de un junio frío para la zona y un julio suave”, aclara el director de Viticultura. Así, el
envero comenzó en torno a mediados de julio, de acuerdo a las fechas habituales. Este tipo de climatología, que ha intensificado el efecto Somontano, con gran diferencia térmica entre el día y la noche, ha hecho que el envero se haya alargado, provocando una maduración lenta y completa, tanto fotosintética como de azúcares, permitiendo a la bodega obtener una uva de excelente calidad con unas cualidades organolépticas perfectas. Respecto al mes de agosto, las buenas condiciones climatológicas vividas en las primeras semanas han favorecido una maduración lenta y óptima de las variedades, garantizando su entrada en bodega en un estado perfecto de maduración y una excelente calidad.
Durante julio y agosto se ha seguido trabajando intensamente en el viñedo, preparando a las cepas para recoger las uvas en su estado óptimo, realizando aclareo de racimos, con el objetivo de favorecer la aireación de la planta y facilitando su maduración completa, así como picados de las cubiertas vegetales y laboreos para evitar malas hierbas. Además, las plantas han tenido un crecimiento vegetativo óptimo y no se han tenido que realizar ni despuntes ni deshojados, teniendo la planta una carga de fruto perfecta respecto a su superficie de área foliar.
De este modo, las primeras variedades en ser vendimiadas serán, como en años anteriores, las blancas (chardonnay y gewürztraminer), comenzando con la chardonnay de las plantaciones más jóvenes, y la tinta cabernet sauvignon, para el rosado. Además, “este año va a haber una producción de uva blanca menor respecto al año anterior, ya que se ha buscado un incremento de la calidad, frente a la cantidad”, explica Sesé. Tras estas variedades, comenzará la segunda fase de vendimia, dirigida a recoger las variedades tempranillo, merlot, syrah y cabernet sauvignon de la finca de Bachimaña, el viñedo de altura de ENATE a 700 metros, de las que se espera un volumen superior respecto al 2020, año en el que se sufrieron fuertes episodios tormentosos al inicio del verano. Estas variedades estarán dirigidas a la elaboración de vinos tintos, crianzas y reservas, que necesitan una maduración más completa, con más grado alcohólico, donde poder expresar el alto valor de la zona del Somontano.
Esta vendimia se lleva a cabo por personal habitual de la bodega y a primeras horas del día, sobre las cuatro de la madrugada, para aprovechar las temperaturas más frescas. De esta manera, se preservan los aromas varietales de la uva y se evita la oxidación del mosto durante el transporte, cuya duración siempre es menor a una hora. Además, se reduce la energía necesaria para enfriar el mosto antes del inicio de las fermentaciones, con el consiguiente impacto medioambiental positivo.
La vendimia 2021 se prolongará durante todo el mes de septiembre y se espera una excelente calidad y mayor cantidad respecto a la de años anteriores, en las que se recogieron alrededor de tres millones de kilos de uva.
ENATE: el arte del vino, el vino del arte
ENATE, una de las bodegas más emblemáticas de la DO Somontano, cuenta con una dilatada trayectoria elaborando vinos de calidad. Dentro de la estrategia de la bodega, el concepto de calidad no se detiene en el vino como tal, sino que su filosofía busca distinguirse dentro del mundo del vino a través de su inescindible maridaje con el arte contemporáneo, esencia de su carácter y seña de identidad en el tiempo.
Hoy, ENATE es bodega y museo. Es al tiempo vinoteca y galería artística, y ha fraguado su personalidad en la exquisitez de ambas. Sus barricas y sus paredes resumen los grandes vinos de España, habitados por la genialidad de los grandes creadores españoles e internacionales.