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Entrevista de Mundovino.net sobre el covid-19 a Bodegas Franco-Españolas

Respuestas de Borja Eguizábal, Director General de Bodegas Franco-Españolas 

Introducción bodega

Bodegas Franco-Españolas es una bodega familiar de la DOCa Rioja con 130 años de historia y la 3ª generación de la familia Eguizábal al frente de la misma.

Bordón y Diamante son sus vinos más emblemáticos y embajadores de la marca Rioja en el mundo. Las primeras añadas de ambas marcas se remontan a 1892. Era el origen de los “vinos finos de Rioja”. 

En enoturimo es un referente y cuenta con más de 50.000 visitas anuales (cifra de 2019). Además de las visitas a bodega, ofrece una amplia oferta enoturística en la que se une el vino con diferentes actividades culturales: cine, música, teatro, moda, etc.

¿Estabais preparados para enfrentaros a una crisis así?

Hace años implementamos la filosofía de desligar la necesidad del puesto de trabajo físico para todo tipo de trabajos comerciales, administrativos y directivos. Teniendo todas nuestras aplicaciones y datos en la nube, con lo que teníamos la infraestructura ya montada para poder teletrabajar, y esto ha facilitado y agilizado las cosas. 

No imaginábamos una crisis así, sin embargo sí teníamos implantada una metodología ágil en la toma de decisiones lo que permitió anticiparse a la hora de tomar algunas medidas esenciales para reflotar el negocio como los ERTE o la negociación en el pago de proveedores para aliviar tensión de tesorería. Por otro lado, también fuimos rápidos en la recuperación del negocio tras el primer confinamiento, lo que permitió un reposicionamiento cómodo con respecto a nuestra competencia durante los meses de verano con el consiguiente impacto para nuestras marcas.

Jugábamos con cierta ventaja para afrontar cambios en la prestación de servicios y en el comportamiento del usuario: 

– Óptimo posicionamiento de nuestra tienda online y disponibilidad de una bbdd amplia y bien trabajada que nos permitió empujar la venta online de producto mediante campañas y promociones durante los meses del confinamiento y el periodo posterior. 

– Óptimo desarrollo tecnológico de la unidad de negocio enoturística. La venta online de servicios ya estaba implantada, con lo que la gestión de aforos, el control de la trazabilidad de visitantes, etc. se pudo automatizar desde el minuto cero. 

– Proactividad en el desarrollo de nuevas experiencias que permitieran mejorar la capacidad de acogida de la bodega a pesar de las restricciones de aforo. Generando así mayor rotación de personas en un entorno seguro. 

– Disponíamos de espacios exteriores y también interiores de gran amplitud para garantizar medidas de distanciamiento social y ventilación adecuadas.  

¿Qué medidas habéis tomado en vuestra bodega para enfrentaros a la pandemia?

Las primeras medidas fueron de choque, ERTE y negociación con proveedores. Estas medidas supusieron un alivio financiero para la salida posterior. 

La unidad de enoturismo se mantuvo cerrada desde el 14 de marzo al 16 de junio, recuperando la actividad para afrontar los meses de verano y el último semestre del año. 

Periódicamente se revisan las medidas de prevención de expansión de la pandemia y las restricciones que aplican en cada momento junto con el equipo de prevención de riesgos. Desde el primer momento, aún cuando no estaba regulado por ley, se redujeron los aforos de los grupos de visita a la mitad y se establecieron obligaciones como el uso de mascarilla, geles hidro alcohólicos, toma de temperatura, incorporación de cartelería informativa, etc. 

Medidas en las catas además de en el enoturismo

– La asistencia a nuestra bodega debe ser bajo reserva previa y todo el proceso de reserva y compra se realiza online con lo que controlamos con mucha previsión la asistencia de público. 

– Se incorporó el QR como elemento de comprobación de los tickets de visita, así como para que nuestros clientes pudieran consultar la ficha de cata de nuestros vinos. 

– Los horarios se han calendarizado de manera que se garantiza una concurrencia máxima de personas de acuerdo a la normativa vigente, excediendo en mucho las exigencias de la normativa vigente en La Rioja (habla de grupos de 5 personas, pero no indica que deba ser en concurrencia en la bodega, sino en visita). 

– Se suspendió la actividad de servicio de vino en vinoteca para controlar mejor el aforo de la misma, trasladándola a un espacio mucho mayor donde garantizar una separación interpersonal muy por encima de la indicada por la normativa.   

– Se han desarrollado servicios más breves para poder mejorar la capacidad de acogida dadas las estrictas restricciones de aforo. Por otro lado, conseguimos mayor rotación y evitar la concurrencia (por ejemplo, según normativa actual, en ningún momento hay más de 6 personas en concurrencia de manera que se reduce extremamente el contacto social entre grupos de personas no convivientes o asimilado). 

– Se ha desarrollado un porfolio de servicios virtuales, orientados a empresas y particulares, que permiten seguir conectando con la dimensión sensorial del vino desde nuestras casas. 

Las medidas del gobierno ¿creéis que son suficientes o escasas en el sector?

Las medidas a nivel turístico nos dejan en una situación de desprotección total. En este momento estamos trabajando muy por debajo del umbral de la rentabilidad y 2020 ha cerrado con una caída del 70% de nuestro negocio. No existen ayudas ni directas ni indirectas que palien el impacto de las restricciones de aforo y restricciones en la prestación de algunos servicios complementarios tanto en visitas (desde septiembre trabajamos con grupos de máximo 5 personas + guía lo que no es rentable en absoluto) como en la celebración de eventos (restricciones de aforo, imposibilidad de ofrecer algunos servicios que aumentaban la facturación media, etc.), así como los cierres perimetrales de la ciudad de Logroño. 

Las restricciones son excesivas teniendo en cuenta la idiosincrasia del negocio enoturístico donde no es necesario retirar la mascarilla durante el 90% de la actividad (excepto en la degustación, igual que el consumo de agua en cualquier otra actividad) y por tanto estamos seguros de que se podría trabajar con seguridad sanitaria con grupos de 15 personas ya que podemos garantizar espacio interpersonal superior a 1.5m en la zona de cata o degustación. 

Estas restricciones están empujando al cierre de muchos negocios enoturísticos que no ven rentabilidad económica de este área en el medio plazo y que no pueden asumir el coste de su mantenimiento en el periodo de transición hacia una normalidad real. Estos cierres, traerán aparejados una oferta turística de la región mucho menos diversa e interesante y por tanto descabalgarán al conjunto del destino del posicionamiento que había adquirido en los último 5 años. Si la situación se mantiene, prevemos una recuperación muy lenta y complicada para el conjunto de las bodegas. 

Conclusión final, ¿cómo creéis que será el consumidor del vino tras la pandemia?

En el último año ha habido un incremento de ventas en el canal de alimentación y, en menor volumen, en el canal online. La distribución de ventas off/on trade tenderá a igualarse cada vez más, aunque aún sin llegar a los niveles de la mayoría de países de Europa. Estas tendencias de compra se mantendrán en el futuro próximo ya que previsiblemente la pandemia cambiará nuestros hábitos de consumo. 

El consumidor también está más abierto a la compra online. Hasta el año pasado los compradores online eran consumidores habituales de vino y los productos más comprados eran de gama media-alta y alta. A partir de este año se han incorporado nuevos compradores cuyo consumo de vino está más limitado a celebraciones puntuales y compran productos de todo tipo, con precios medios más bajos que anteriormente.