Se trata de un proyecto que nació en el año 2.000 con la construcción de la bodega en una zona con escasa tradición vitivinícola pero con un gran potencial para la elaboración de grandes vinos gracias a su particular microclima y a las cualidades del terreno (cuenta con suelos de pizarra y arcilla que mantienen una temperatura cinco grados inferior a la de Trujillo). Actualmente, el viñedo alcanza las 200 hectáreas, divididas en 42 parcelas y plantadas con las variedades Tempranillo, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Syrah, Malbec, Petit Verdot y Sauvignon Blanc. Uvas con las que se elabora la colección de vinos de ‘Alta Costura’: Habla ‘Edición Limitada’; el prêt à porter Habla del Silencio, los jóvenes Habla la Tierra y Gotas de Habla; y los blancos Duende y Habla de ti.
Además, Habla elabora un aceite monovarietal Picual 100%, Sol del Silencio, procedente de los distintos olivares que se sitúan en la Finca Dehesa de la Torrecilla (Trujillo).
Fuera de Extremadura, en concreto en Francia, Bodegas Habla controla unas exclusivas hectáreas de viñedo. En Côte des Blancs, al sur, se elabora el champagne Moses, y en la mejor zona de Côte de Provence, frente a la montaña Sainte Victoire, tiene su origen el vino más sensual y glamuroso de las bodegas, Rita.
Tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, Bodegas Habla apuesta por una viticultura ecológica, en la que no se utilizan productos químicos, combinada con las tecnologías más punteras, todo ello bajo la atenta supervisión de los enólogos.
SU ESENCIA
Según cuenta la leyenda, cuando Miguel Ángel terminó de esculpir su Moisés, le pareció tan realista que golpeó con un martillo sobre la rodilla de la escultura y le ordenó: «¡Habla!». Este es el origen de la marca y el nivel de perfección que Bodegas Habla pretende dar a cada uno de sus vinos, con los que busca expresar lo indómito y lo mágico de la naturaleza; y la creatividad y el cariño de quienes la trabajan.
- ¿Estabais preparados para enfrentaros a una crisis así? No, por supuesto que no. Uno puede hacer una planificación ante una contingencia pero hablar de una pandemia o contemplarlo si quiera era algo muy alejado de nuestro día a día.
2.¿Que medidas habéis tomado en vuestra bodega para enfrentaros a la pandemia? Las medidas de seguridad primeras fueron destinadas sin lugar a dudas al equipo de trabajo, distancia , mascarillas, geles, etc… En definitiva, concienciación para que pudiéramos llevar a cabo nuestro trabajo sin problema, pero con precaución.
3.Medidas en las catas además de en el enoturismo. Esta parte es la más afectada dentro de nuestro día a día. Por seguridad y garantía de no contagios, hemos tomado la dura decisión de suspender todas las actividades relacionadas con enoturismo: ni visitas, ni catas, ni ninguna otra actividad. Ahora toca esperar y cuando se pueda, desde luego, volveremos con muchas ganas porque estar en contacto con nuestros clientes es la mejor manera de saber si el camino que estamos andando es el correcto.
4.¿Las medidas del gobierno creéis que son suficientes o escasas en el sector? Este sector forma parte de una cadena muy larga desde el fabricante hasta el cliente final, si un eslabón falla todos nos vemos afectados. Las medidas son escasas y sobretodo no duraderas en el tiempo, no es solo hablar de hoy sino de cómo esto afecta a la resistencia de las empresas y de su capacidad para sobreponerse a esta situación, en definitiva su resiliencia.
5.Conclusión final, ¿Cómo creéis que será el consumidor del vino tras la pandemia? Estoy convencida de que pese a que actualmente el consumidor se ha vuelto doméstico ante la imposibilidad de disfrutarlo en bares, restaurantes, etc…, y que probablemente el consumo en casa será también tendencia habitual, finalmente en el momento en el que podamos disfrutar de salir, los consumidores volveremos a encontrarnos en los bares, terrazas y seguramente esas copas de vino nos sabrán como nunca. ¿Cuántos momentos irrepetibles no han surgido en torno a una buena copa de vino? Estoy convencida de que llegarán de nuevo.