Fuente: La Mañana de Neuquén – Joaquín Hidalgo
En el mundo del vino existe una convicción contradictoria. Mientras que el mercado está armado en torno a vinos varietales, tanto la prensa especializada como las bodegas y los consumidores nos damos cuenta de una verdad evidente: los vinos de corte blend o assemblage siempre ofrecen más y, a veces, por menos plata.
De ahí, por ejemplo, que en nuestro mercado se llegue a hablar de vinos bivarietales, cuando en rigor estamos hablando de blends a secas. Y en materia de cortes, el Malbec parece explorar una nueva ruta en las últimas cosechas. Su compañero histórico es el Cabernet Sauvignon, con el que forman el corte bordelés explorado hasta la perfección, como si el Malbec pudiera aportarle un costado femenino al siempre viril Cabernet Sauvignon, corte del que hay sobrados grandes ejemplos. Pero ahora la cosa va por nuevos compañeros de fórmula: Cabernet Franc, Syrah y Pinot Noir marchan a la cabeza.
La explicación de esta nueva modalidad atiende a una triple vertiente. Por un lado, la creciente malbequización del marcado, que motiva ventas positivas de todo lo que diga Malbec en la etiqueta. Por otro, la escacez del varietal insignia, cuyas exportaciones y consumo interno crecientes hoy superan a la oferta, como se ha afirmado en este mismo diario tiempo atrás. Y un tercer motivo, el que más nos interesa, que busca renovar el paladar el Malbec, ya que es un vino que tiene pocas posibilidades gustativas, al menos en los estilos dominantes en que se lo encuentra en el mercado.
Así las cosas, en los últimos años fueron apareciendo, primero a cuentagotas, algunos nuevos blends de base Malbec, que salían del corte bordelés clásico y exploraban nuevas vertientes. Hoy, por ejemplo, está de moda su amalgama con el Cabernet Franc.
Malbec-Franc
Desde la aparición de Gala 4 2008, el gran vino de Luigi Bosca, a la fecha, nuevos vinos apelan al combo Malbec-Franc. Sin ir más lejos, este mes se conocieron los vinos del conductor televisivo Jorge Rial, cuyo top Rocío Moreno 2009 es un corte 60%-40% de Malbec Franc. A ellos viene a sumarse otra novedad, Fangio Legend 2009, un tinto que lanzado con motivo del centenario del nacimiento de Juan Manuel Fangio y que se consigue a cuenta gotas en el mercado.
El secreto de este combo varietal hay que buscarlo en la buena combinación que hacen, donde el Malbec aporta sus taninos suaves, su cuerpo mullido y boca sucrosa, y el Cabernet Franc suma aromática diáfana y especiada, acidez rica y jugosa y un paso ligero que le quita gordura a su par.
Malbec-Syrah
Otra vertiente interesante en los cortes. Aquí, el blend busca potenciar la sucrosidad de ambas, pero sumarle a la solemnidad del Malbec cierto exotismo típico del Syrah. Y los resultados son fantásticos, sobre todo en aquellos que provienen de zonas frías, que tienen buena acidez y no son golosos como los sanjuaninos. Infinitus Malbec Syrah 2008 es un referente, que se renueva cada cosecha desde 2003. A él se suman Trumpeter Malbec Syrah 2009, Lurton Alcataya Malbec Syrah 2006, ricos tintos.
Malbec-Pinot Noir
A primera vista parece un corte raro: ¿cómo combinar la elegancia remanida del Pinot con la gordura apenas fofa del Malbec? Y sin embargo esa es la gracia principal del blend: adelgazar a una y engordar a la otra, logrando un combo frutal de paso blando, textura tersa y buen jugo. En esa línea, el primer tinto fue Familia Schroeder 2004, que combinaba el 54% de Pinot Noir y el resto de Malbec. Como él, bodega Séptima explora el corte con un Séptima Rosé Malbec-Pinot 2010. Y tenemos noticias de algunos más en camino, ahora que los cortes a base de Malbec están en alza.