¿Volamos a Chile? En el valle del Rosario nos espera la familia Matetic:
Ubicado a 120 km de Santiago, el Rosario, es una subdivisión del Valle de San Antonio dispuesta en forma perpendicular al océano. Posee una intensa luminosidad y condiciones topográficas y climáticas para la producción de vinos tintos y blancos. En las laderas, el suelo es delgado, de roca granítica en descomposición y en las zonas planas predomina el suelo más profundo, algo más fértil que en las laderas, pero igualmente pobre en nutrientes. Su clima se caracteriza por una fuerte influencia oceánica, templado mediterráneo, con grandes oscilaciones térmicas. (Noches frías y días a una temperatura que no supera los 26 ºC).
Aqui, los Matetic poseen 121 ha plantadas bajo principios orgánicos y biodinámicos que producen uvas totalmente naturales.
Su historia vitivínicola comienza en el año 1999 cuando la familia decide producir vinos de alta calidad, respetando el terroir del Valle del Rosario. Conscientes de la necesidad de una agricultura respetuosa del medio ambiente y de la calidad de la región para la producción de vinos, incorporan a su proyecto a profesionales expertos en agricultura biodinámica.
Matetic Syrah 2009
A la vista se lo ve de color violeta, muy profundo y oscuro. Una nariz muy expresiva nos revela aromas a especias (pimienta),florales (violetas), terrosos (tierra húmeda). Notas de chocolate con toques de mentol la completan. Taninos suaves pero firmes otorgan una boca aterciopelada, dulce, muy sabrosa, absolutamente sensual. Es un vino de largo final, muy complejo que promete un gran potencial de guarda.
Carnes rojas, muy sabrosas y elaboradas, (ciervo, cordero, jabalí) y quesos duros de sabores intensos, potentes harán la delicia de cualquier banquete si lo acompañan con este syrah. Su temperatura de servicio,
18 ºC; se aconseja, preferiblemente, decantar.
Para saber: roble francés durante 20 meses, trasegado y embotellado sin filtrar, más 12 meses guardado en botella.
Patrizia :typeo:
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«Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia, como si esta ya fuera ceniza en la memoria». Jorge Luis Borges