Durante la elaboración de los vinos es habitual utilizar recipientes para su elaboración. El acero inoxidable es el material más utilizado pero también los envases de madera están muy presente en el mundo del vino.
En concreto las barricas de roble son los recipientes más utilizados cuando hablamos de madera, sin embargo en ocasiones cuando vamos a comprar un vino nos encontramos términos como “fermentado en barrica” o “crianza en barrica” sin saber bien que quieren decir. Con los consejos de la tonelera francesa Tonnellerie Meyrieux, uno de los principales fabricantes de barricas de roble a nivel mundial, vamos a ayudarte a resolver tus dudas para que sepas que vino debes comprar.
La expresión ‘fermentado en barrica’ quiere decir que el vino se hizo en barrica. Es decir, el zumo de la uva o mosto se vertió en las barricas de madera y allí se inició la fermentación y se convirtió en vino.
La expresión ‘crianza en barrica’ o ‘envejecido en barrica’, si se quiere, generalmente significa que el vino, ya fermentado completamente, se vierte y se almacena en barricas donde se mantiene en ellas durante un período de guarda o maduración que puede alargarse algunos meses o años, a criterio de la bodega.
Puesto que la mayor parte de los vinos que fermentan en barrica además se envejecen en ella y permanecen allí varios meses después de que la fermentación en sí haya terminado, las expresiones ‘fermentado en barrica’ y ‘envejecido en barrica’ se complementan. Es poco habitual ver un vino fermentado en barrica que posteriormente se pasa a un tanque de acero para someterse a guarda.
Por todo lo anterior se acepta, con el fin de evitar redundancias terminológicas, que si en una etiqueta figura la expresión “fermentado en barrica” el vino ha sido además criado también en madera, en caso de que esta condición figure en la etiqueta.
Por el contrario, si en la etiqueta figura “Crianza en barrica” quiere decir que sólo ha sido envejecido en barrica y que la fermentación tuvo lugar en algún otro recipiente, generalmente en grandes cubas de acero inoxidable.
La fermentación en barrica se aplica generalmente a los vinos blancos cuando se dejan con sus lías (los sedimentos sólidos que producen las levaduras en el vino tras la fermentación) por una razón práctica.
El mosto de los vinos tintos se fermenta con los hollejos de las uvas para que adquiera su color tinto característico, lo que produce una mezcla bastante espesa, que hace muy engorrosa la limpieza de una barrica. Por ello, los vinos tintos generalmente fermentan en cubas de acero inoxidable o también de madera, con capacidades mucho más grandes que las barricas, y después envejecen en éstas cuando el vino se ha separado ya de los hollejos.
Aunque parezca lo contrario, los vinos fermentados en barrica y envejecidos en barrica al final tienen un sabor menos marcado por la madera que los vinos solamente envejecidos en barrica, incluso aunque los primeros puedan haber pasado más tiempo en contacto con madera. Esta es la razón por la cual importa tanto que un vino blanco fermente en barrica o sólo envejezca en ella.
Muchas personas, que se supone saben de vino -por ejemplo, el vendedor de tienda-, entienden a menudo el proceso al revés y suelen desinformar a los compradores afirmando erróneamente que el vino fermentado en barrica tiene aromas y sabores más intensos.
Por tanto, si te interesa un vino complejo y evolucionado, pero con menos madera, o presente de manera más sutil, especialmente en los blancos, compra un vino “fermentado en barrica”.
Fuente: https://www.vinetur.com/2017010226708/crianza-en-barrica-o-fermentados-en-barrica-cual-debes-comprar.html