Este innovador proyecto permitirá profundizar en el estudio de las variedades de uva plantadas en el “Jardín Experimental” de Finca Constancia y determinar la calidad que pueden alcanzar en el microclima donde se ubica el viñedo.
Otero, septiembre de 2017.- La micro-bodega experimental de Finca Constancia nace con el objetivo de analizar la adaptación de algunas de las variedades tintas autóctonas y foráneas plantadas en el “Jardín experimental”. Las primeras uvas que serán objeto de estudio en esta bodega, compuesta por 12 depósitos de fermentación troncocónicos y dotada con tecnología de vanguardia, serán las de Malbec, Zinfandel, Barbera, Montepulziano, Touriga Nacional y Garnacha Tintorera.
A través de esta iniciativa, enmarcada en el programa FEDER Interconecta, se obtendrán datos sobre estas variedades, poco comunes en el panorama vitivinícola español, tales como su evolución, equilibrio o características organolépticas. Además, estos resultados ayudarán a completar y enriquecer los estudios que Finca Constancia ha desarrollado desde que plantara, en el año 2001, el “Jardín Experimental”.
Este «Jardín», diseñado en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad de Castilla-La Mancha, posibilitó la plantación de variedades de vid autóctonas y foráneas para investigar su comportamiento en el terreno donde su ubica Finca Constancia, muy rico en parámetros y con mucha variabilidad.Con el fin de realizar un exhaustivo análisis, el jardín se dividió en dos partes diferenciadas. Una, en la que se encuentra una amplia colección de variedades procedentes de todo el mundo donde se estudia su adaptación a la climatología de la zona, y otra, que cuenta con los sistemas de conducción más representativos del mundo, con el Bordelés, Smart Dyson, Schott Henry, Lira y Cortina, entre otros.
El jardín y la micro-bodega experimental son dos ejemplos del espíritu innovador de la bodega, basado en la calidad, la excelencia y la perfección que guía todo proceso de elaboración de los singulares