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La era de los clones: los vinos que vienen

Fuente: Joaquín Hidalgo – La Mañana de Neuquén

Cada vez más bodegas echan mano a diversos clones de uva para elaborar mejores vinos. 

Qué son, para qué sirven y cómo se usan en el vino algunos clones de uva.

La oveja Dolly no fue el primer clon del mundo, aunque haya sido el más publicitado. En materia de plantas, los clones son conocidos desde hace mucho tiempo. Y en los últimos años representan una tendencia fuerte en la vitivinicultura mundial, con bodegas que comienzan a implantarlos en sus viñedos para obtener un manejo más preciso y parejo para obtener mejores vinos.
En viticultura un clon es algo fácil de conseguir: alcanza con cortar un sarmiento de una vid, plantarlo y dejar que eche raíces para tener una planta genéticamente idéntica a su madre. Pero así como no alcanza una planta para hacer un viñedo, es posible que la planta elegida para clonar no sea la mejor representante de una variedad: puede dar uvas de poco color, caídas en aroma o muy productivas, o estar infectada con un virus que no acusa síntomas.
De ahí que gran parte de la investigación en materia de vides hoy apunte a conseguir clones con las mejores condiciones para cada varietal, libres de enfermedades. Eso es lo que sucede con el Pinot Noir, por ejemplo. Esta uva tiende a mutar fácilmente y hay muchos clones seleccionados, cada uno con sus características. En nuestro país los nuevos Pinots, como el neuquino Saurus Barrel Fermented por ejemplo, suelen estar elaborados con base a dos clones, el R4 y el 777. Ellos proveen vinos intensos, aromáticos y con una sensación sedosa que no se consigue con otros Pinots y son los responsables de cambiarle la cara a la variedad hoy.
Pero no es la única uva que cuenta con clones en el mercado doméstico. En la última SITEVI –la feria más importante del sector vitivinícola, se llevó a cabo en Mendoza en mayo último- los viveros que proveen a la industria presentaron nuevos clones de Syrah, Chardonnay y Sauvignon blanc. Para el caso del Syrah, por ejemplo, el nuevo clon 877 permite obtener mejores racimos y evitar uno de los defectos típicos de la variedad: la deshidratación cuando alcanza la madurez, con granos que se arrugan, de forma que los vinos resultantes pierden gracia. Mientras que en Sauvignon blanc, sin ir más lejos, los nuevos clones potencian el aroma de frutas tropicales o el “pipí de chat” que resulta típico hoy de los blancos de su clase.

El caso del Malbec

Y así como los productores del mundo trabajan para aislar las mejores características varietales –digamos, escoger los mejores individuos de una variedad- y convertirlos en clones, en nuestro medio se conducen varias investigaciones de ese tipo sobre Malbec. Algunas en el ámbito privado y otras con el apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Al menos dos bodegas han conducido estudios para lograr seleccionar los mejores clones del Malbec: Catena Zapata y Tempus Alba. A la fecha, ambas están implantando viñedos con los clones propios y sólo la segunda tiene un vino a la venta, elaborado con un blend de los mejores 10 clones que ha identificado: el rico, pero caro Tempus Vero Malbec 2007.
Mientras los clones prometen un futuro delicioso en el mediano plazo, el problema es que conseguirlos lleva muchos años y propagarlos, muchos más. Para eso el trabajo del INTA y de los viveros comerciales es clave. Como el caso de Vivero Productora, que tiene a la venta dos clones propios de Malbec –el Mendoza#1 y Mendoza#2- cuyas diferencias están en la productividad más acotada del segundo sobre el primero, con vinos más concentrados.

Un caso de estudio

El viñedo del Chañar, por su parte, es un interesante caso de estudio. Todas sus vides fueron mayoritariamente plantadas a un tiempo y de los mismos viveros y selecciones de plantas: precedían de los viñedos que Chandon tiene en el Valle de Uco y plantó en el Río Negro, y de las uvas que ya estaban en el Alto Valle. De estas últimas, destaca el Clon 5 con el que trabajó el ingeniero Alcides Llorente del INTA, muy difundido en la región, que da un Malbec con carácter exótico, con trazos vegetales.De ahí que sus vinos tengan cierta especificidad en el panorama nacional, sean de brotación pareja para toda la región, y alcancen en algunos casos sabores diferentes con manejos diferentes. Ahora le toca a cada bodega sumarle su propia pimienta.

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