Mientras que el periodo de maceración de los frutos nunca es inferior a los seis meses, en el proceso de destilación del aguardiente de anís se usan alambiques centenarios, lo que confiere al producto el exquisito sabor y calidad que le caracterizan.
Manteniendo intacta su receta, la imagen de Miura evoluciona volviéndose más estilizada y cuadrada, reforzando además el vínculo con su origen, Cazalla de la Sierra. Así, a través del cambio del packaging de este licor con tanta tradición e historia, logra aunar tradición y vanguardia, fusionando a la perfección el estilo de vida tradicional con las nuevas tendencias.
Miura puede disfrutarse en la sobremesa muy frio, solo o en vaso ancho con hielo. Además, la marca propone nuevas formas de consumo a través de su servicio en copa de balón con Sprite o tónica, acompañado por un twist de lima.