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Premios y estímulos para la evolución del vino de Rioja desde la base

31º Concurso de Vinos de La Rioja para Cosecheros – Embotelladores
Texto: Javier Pascual, director técnico del Concurso

En el acto de entrega de premios del Concurso de Vinos de La Rioja para Cosecheros-Embotelladores, que nuestra revista La Prensa del Rioja ha dirigido para la Fundación Caja Rioja durante sus 31 ediciones, pudimos constatar cómo este certamen constituye un fiel reflejo de la profunda evolución que ha experimentado la DOCa Rioja en las tres últimas décadas en todos los ámbitos. Entre los representantes de bodegas habituadas a cosechar premios en este concurso nos encontramos con caras nuevas como la de Iván, de Bodegas Florentino Martínez, uno de los jóvenes que van asumiendo el relevo generacional. Es una forma de visibilizar ese profundo cambio que se ha producido tanto en la viticultura, como en la enología y en las estructuras de producción y comercialización de Rioja. Un cambio al que la Fundación Caja Rioja, apoyada ahora por CaixaBank, ha contribuido mediante este concurso que premia y estimula desde la base la mejora cualitativa de los vinos elaborados por viticultores y cooperativas que presentan su producción embotellada y etiquetada con marca propia.

Al igual que algunas bodegas han consolidado su posición en el podio, dando muestra de constancia en el nivel de calidad alcanzado por sus vinos (Ilurce de Alfaro ganó de nuevo en rosados, Alfonso García de San Asensio en blancos y San Cebrín, también de San Asensio, en tintos), ya no es novedad la presencia entre los ganadores de los vinos de cooperativas que comercializan su producción embotellada (la cooperativa Tarón de Tirgo fue 2ª en blancos y la cooperativa de Arnedo Nuestra Señora de Vico 3ª en rosados), aunque sí es cierto que sorprendió muy gratamente al jurado el primer puesto de la cooperativa San Cebrín en tintos.

El podio en tintos de la cosecha 2020, añada que este año se sometía al examen del jurado, lo completaron dos bodegas de cosecheros de perfil muy tradicional dentro de este modelo de pequeñas empresas familiares, como Olmaza de San Vicente de la Sonsierra (2º) y Fernández Eguíluz de Ábalos (3º), dos localidades de esa ‘milla de oro’ de los tintos de maceración carbónica que tan bien reflejan el carácter frutal y aterciopelado del tempranillo riojano.

En Rosados podría decirse que ha vuelto a triunfar el tópico clásico (garnacha de Rioja Baja/Oriental), concepto muy próximo a la imagen que nuestra vecina Navarra abandonó hace años. A los mencionados Ilurce de Alfaro y la cooperativa de Arnedo se sumó en el podio de rosados Bodegas del Medievo de Aldeanueva de Ebro. Lo que más llamó la atención del jurado es que las 21 muestras que concursaban presentaban a la vista una paleta cromática que iba desde el más pálido ‘piel de cebolla’ característico de los claretes, a los más vívidos rojos frambuesa.

Y de los blancos hay que constatar en primer lugar su pujanza, aproximándose ya el número de muestra presentadas al de tintos (30 y 33 respectivamente), cuando en los primeros años del concurso la proporción no alcanzaba el 10%. Este es el porcentaje que sigue representando la comercialización de vinos blancos respecto a la de tintos en Rioja, pero el concurso evidencia el interés de las bodegas por potenciar y promocionar la imagen de la nueva generación de vinos blancos, que no solo han dado un impresionante salto cualitativo, sino que ofrecen una variada gama de estilos.

La dirección técnica de la cata está a cargo de Javier Pascual, director de La Prensa del Rioja, que coordina un jurado de expertos catadores integrado por (de i. a d.) el enólogo Fernando Moreno, Juan Marcos Gutiérrez, de la Asociación de Sumilleres, Javier Moral, enólogo y técnico del Consejo Regulador, Mari Cruz Ayala, profesora de Enología, Roberto Cerezo técnico especialista de catas del Consejo Regulador, Francisco Galarreta, de la Asociación de Enólogos, Luis Miguel Vidal, de la Cofradía del Vino.  

Toda esta intensa renovación resulta particularmente significativa en la estética del etiquetado de las botellas y sus marcas, cada vez más alejadas de los convencionalismos que predominaban en este tipo de pequeñas bodegas familiares y cooperativas. Puede afirmarse que cualquiera de las 38 bodegas presentadas al concurso está al día e incluso algunas se atreven con propuestas vanguardistas.

EL PODIO DEL CONCURSO

VINO TINTO
PRIMER PREMIO: SOC. COOP. AGRARIA SAN CEBRÍN DE SAN ASENSIO
SEGUNDO PREMIO: BODEGAS OLMAZA DE SAN VICENTE DE LA SONSIERRA
TERCER PREMIO: BODEGAS FERNÁNDEZ EGUILUZ DE ÁBALOS

VINO BLANCO
PRIMER PREMIO: BODEGA ALFONSO GARCÍA HERNANDO DE SAN ASENSIO
SEGUNDO PREMIO: BODEGAS TARÓN DE TIRGO
TERCER PREMIO: BODEGAS FLORENTINO MARTÍNEZ RUBIO DE CORDOVÍN

VINO ROSADO
PRIMER PREMIO: BODEGAS Y VIÑEDOS ILURCE DE ALFARO
SEGUNDO PREMIO: BODEGAS DEL MEDIEVO DE ALDEANUEVA DE EBRO
TERCER PREMIO: BODEGA NUESTRA SEÑORA DE VICO DE ARNEDO

En la 31 edición del Concurso han participado 38 bodegas de 19 localidades riojanas, que han presentado un total de 84 muestras de la cosecha 2020, una añada compleja vivida bajo el signo de la pandemia. La sala de catas del Consejo Regulador ha sido el escenario de las deliberaciones del jurado, con una doble cita los días 8 y 9 de septiembre.

Fuente: https://laprensadelrioja.com/vinos-y-bodegas-2/premios-y-estimulos-para-la-evolucion-del-vino-de-rioja-desde-la-base/?_se=YmVhdHJpekBtdW5kb3Zpbm8ubmV0&utm_campaign=Newsletter_N647&utm_medium=email&utm_source=sendinblue