El tiempo se convierte en valor. Los orígenes de esta bodega, anteriores incluso a la creación de la Denominación de Origen, le han permitido conservar la palabra Rioja en su marca. Rioja Vega es hoy una de las pocas bodegas cuya tradición vinícola se remonta a los albores de la cultura del vino en esta privilegiada zona geográfica.
En esos años, Felipe Ugalde supo aprovechar los conocimientos de los pioneros franceses de la enología y, más tarde, transmitirlos a sus herederos. Han pasado 125 años y, desde esa misma actitud, Rioja Vega ha ganado en sabiduría, experiencia y conocimiento, adaptándose a los avances tecnológicos e investigando para ofrecer una gama de vinos de vanguardia.
Unos vinos pensados para ser disfrutados con reposo, con quietud. En esa actitud que hace estar atento a los pequeños detalles a esas pequeñas grandes cosas que, a cada rato, pasan a nuestro lado.
La bodega hace de su lema “Ganar el tiempo” una actitud que da color a sus actividades anuales como el concurso de pintura al aire libre, la carrera “entre viñedos” o los conciertos de música clásica que celebra en su sala de barricas, entre otras. Y es que, desde 1882, Rioja Vega ha sabido ganar con el tiempo, y lo sigue demostrando cada día.
LOS VIÑEDOS
Setenta hectáreas de Tempranillo, Garnacha y Graciano que se encuentran en un paraje privilegiado para el cultivo de la uva: un suelo arcillo-calcáreo pobre en materia orgánica, nutrientes y sales minerales; con abundancia de cantos rodados, restos de aluvión y grava que proporcionan un drenaje y una retención hídrica perfecta; y un subsuelo de roca agrietada que obliga a la vid a buscar aportes complementarios que favorecen el equilibrio de los componentes del fruto. Un clima templado límite de las influencias atlántica y mediterránea, con otoños templados e inviernos largos pero no extremos aunque con noches muy frías; la primavera desapacible da paso a veranos cálidos. Este clima templado, medianamente lluvioso y suficientemente iluminado, es óptimo para el cultivo de la vid. Y el salto térmico estival entre noche y día favorecen el aumento de polifenoles, factor asociado a vinos de excelente calidad.
Aquí se realiza una producción en la que prima la alta densidad buscando un mayor número de uvas más pequeñas y el control total del proceso vegetativo mediante sistemas TICS de información y gestión.
LA BODEGA
Este impresionante edificio de estilo neoclásico, ubicado a pie de los viñedos, esconde los más avanzados equipamientos para la enología: tolvas de descarga independientes, depósitos de acero inoxidable de varios tamaños para elaboraciones especiales. Y en su sala de barricas y jaulones, como antaño, aprovechando las condiciones únicas que ofrece el reposo soterrado, se encuentran las barricas de roble americano y francés procedentes de su propia tonelería. Aquí, como reza el lema de esta bodega, los vinos “ganan con el tiempo”, se alían con él.
LA GAMA DE VINOS
Hay que haber vivido los inicios de la viticultura, hay que haber participado de la evolución de la enología, hay que haber llegado a hoy estando siempre a la vanguardia. Y es que sólo después de más de 125 años se puede llegar a definir una gama de vinos como la que ofrece Rioja Vega. Una gama encabezada por sus dos vinos estandarte: el Rioja Vega Gran Reserva y el 125 Aniversario, este último ha sido nombrado Mejor Rioja del Mundo en la prestigiosa Wine & Spirit Competition de Londres. Le sigue la gama troncal, formada por el Rioja Vega Reserva y el Crianza, que lleva cosechando éxitos en numerosos concursos internacionales y se ha convertido en un imprescindible de las cartas de vinos. Y completan la gama los “caprichos” enológicos, esos vinos en los que el exquisito mimo y la creatividad se dan la mano para crear vinos como el Rioja Vega GyG, una sorprendente apuesta de Garnacha y Graciano o el Muerza Vendimia Seleccionada, un vino que sólo se da en esos años en los que una cosecha lo pide, cuando la enóloga Esperanza Elías decide que es una año que merece ser celebrado con este vino.