El Juzgado de Instrucción número 29 de Barcelona ha abierto diligencias por los presuntos delitos de fraude y estafa contra las centenarias Bodegas Torres, el principal grupo vinícola catalán y uno de los mayores de España. La compañía, que tiene su sede en la localidad barcelonesa de Vilafranca del Penedès, comercializa medio centenar de marcas de vino y brandy y exporta más del 70% de su producción a unos 150 países.
La denuncia contra la empresa presidida por Miguel A. Torres fue presentada el pasado 23 de julio por Adma Inchausti, presidenta del Grupo San Jorge, el mayor holding importador de alimentos gourmet de Bolivia y distribuidor en exclusiva de los productos de Bodegas Torres durante 25 años en el país andino, además de en Uruguay y Paraguay. Inchausti acusa también al grupo bodeguero catalán de un presunto delito de fraude fiscal.
Según reza la denuncia, muchas de las marcas comercializadas por Torres “no tienen la calidad y las propiedades que anuncian en su etiquetado”. Entre ellas las de mayor consumo, como los brandies Torres 5 y Torres 10 y los vinos Viña Sol, Mas La Plana y Sauvignon Blanc. Esos productos, añade, son “falsos” porque tanto las denominaciones de origen publicitadas como el proceso de envejecimiento que exhiben en sus etiquetas han sido presuntamente manipulados.
Inchausti basa sus acusaciones en los resultados de un peritaje encargado a los laboratorios Excell Ibérica de La Rioja, un referente mundial en el control analítico y de calidad del sector vitivinícola. Los análisis fueron realizados por el enólogo Antonio Tomás Palacios, directivo de la Asociación de Enólogos de Rioja (AER), con una amplia muestra de vinos y brandies de Bodegas Torres adquiridos en España, Reino Unido, México, Chile y Bolivia.
Una portavoz de Bodegas Torres señaló a El Confidencial que la firma catalana aún no ha recibido “notificación oficial de la denuncia”, que ha sido incorporada a las diligencias previas 3281/14, y aseguró que aquella contiene “acusaciones muy graves y sin ningún fundamento”. Según la citada portavoz, la empresa boliviana San Jorge ha incurrido en “impagos y prácticas poco transparentes”, aunque no quiso ofrecer más detalles.
A vueltas con la fecha de consumo preferente
El origen de la denuncia se remonta a marzo de 2012, cuando varios contenedores con productos de Bodegas Torres adquiridos por San Jorge fueron retenidos en el puerto chileno de Arica, la principal vía marítima para el comercio exterior de Bolivia, que carece de litoral. El lote incluía una partida de aceites, elaborados también por la firma vinícola de Vilafranca del Penedès, con la fecha de consumo preferente ya vencida, por lo que fue bloqueado en la aduana.
Según ha explicado a este diario Inchausti, que ha viajado a Barcelona para coordinar las acciones legales contra Bodegas Torres, ni la legislación chilena ni la boliviana reconocen la fórmula “consumir preferentemente antes de”, que ambos países equiparan a “fecha de caducidad”. San Jorge propuso a su proveedor devolver el cargamento a España, pero la compañía catalana se negó, argumentando, según Inchausti, que “consumo preferente no significa que el producto esté caducado”.
Desde entonces, los contenedores siguen retenidos en la aduana de Arica, por lo que San Jorge ha tenido que hacer frente a una multa millonaria. En un burofax enviado el pasado 4 de junio a Bodegas Torres, la presidenta del holding boliviano afirma: “El envío de ese lote nos parece un auténtico desprecio a nuestro país. Sinceramente, no me imagino a Miguel Torres S. A. remitiendo lotes en esas condiciones a países como Alemania o EEUU o a clientes como El Corte Inglés”.
Tres semanas después de que aquel cargamento llegase a la aduana chileno-boliviana, San Jorge recibió tres nuevos contenedores con vinos y aceites de Bodegas Torres. Y fue entonces cuando decidió encargar un peritaje sobre la calidad de los productos; primero al Instituto Catalán de la Viña y el Vino (Incavi), un organismo dependiente de la Generalitat de Cataluña, que rechazó efectuar los análisis, y más tarde a los laboratorios Excell Ibérica de La Rioja.
Esta última prueba pericial ha revelado, según Inchausti, que los brandies Torres 5 y Torres 10 no han sido envejecidos en barricas de roble americano durante al menos uno y tres años, respectivamente, como exige la normativa legal que regula la elaboración de ese aguardiente obtenido a través de la destilación del vino. Ambos brandies “presentan una concentración muy baja de compuestos orgánicos y aromáticos provenientes de la madera, como el extracto seco y la vainillina”, asegura el análisis pericial.
“Otro compuesto considerado tradicionalmente como un buen marcador de envejecimiento en bebidas alcohólicas destiladas y envejecidas, y un buen parámetro para señalar la calidad y la autenticidad de las bebidas, es el siringaldehído”, añade el informe. “En el caso de las dos muestras de Bodegas Torres, los valores de concentración obtenidos para este compuesto se encuentran entre los más bajos de todos”. Sólo una muestra de un brandy de gama media de la competencia arrojó un valor inferior.
Según los laboratorios riojanos, los dos brandies de Torres analizados “presentan desajustes diferenciales en su composición química a nivel de aromas y compuestos fenólicos en relación a su supuesta categoría de solera y gran reserva, según se publicitan, tras compararlos con los brandies de la competencia de igual precio y supuesta calidad”.
En el caso de los vinos, según Inchausti, el Viña Sol se publicitaba como un caldo elaborado con un 100% de parellada, un tipo de uva blanca catalana. Pero los análisis revelaron, según la presidenta de San Jorge, que el porcentaje de esa uva no alcanzaba el 80%. En cuanto a la marca Mas La Plana, “no se produce con uva 100% procedente del Penedès, tal y como exige su denominación de origen”, añade la empresaria boliviana.
Bodegas Torres fue distinguida el pasado mes de marzo por la revista británica Drinks International como la marca vinícola más admirada del mundo (World’s Most Admired Wine Brand), tras ocupar la segunda posición del ranking durante los tres años anteriores. Después de recibir el galardón, el director general de Torres, Miguel Torres Maczassek, miembro de la quinta generación de la saga bodeguera, afirmó: “Nuestros fieles seguidores repartidos por todo el mundo son los que nos motivan para continuar elaborando mejores vinos cada día”.
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