El prestigioso sumiller, Custodio Zamarra visito ayer Somontano de la mano de Bodega Pirineos para conocer “in situ” la elaboración de los productos de esta bodega. En su visita destacó que “un Somontano no te lo rechaza nadie, al contrario, es de las denominaciones que gustan”.
Bodega Pirineos recibió ayer domingo una visita de las que dejan huella. El prestigioso sumiller del Restaurante Zalacain de Madrid, Custodio López Zamarra llego a Somontano de la mano de Pirineos para saborear, con el enólogo Jesús Astrain, los vinos más relevantes de la bodega que están marcando tendencia entre los consumidores de vino de calidad. Custodio reviso al completo las últimas añadas de las principales marcas de la bodega, desde los vinos premiados recientemente hasta las añadas que saldrán al mercado próximamente. En su visita resaltó además de la calidad de los vinos de Pirineos lo bien que son aceptados por sus clientes.
Al respecto destacó que “un Somontano no te lo rechaza nadie, al contrario, es de las denominaciones que gustan”. Sobre uno de los vinos de Pirineos que más trabaja en Zalacain, MARBORE destacó que “lo tiene todo para seguir triunfando dentro del panorama de los vinos de calidad, además de su gran precio que lo hace aun más atractivo”. En su opinión sobre los rosados y blancos de esta casa, Custodio destacó el buen trabajo que se ha realizado con la cosecha 2011 y al respecto resaltó que “dan mucho juego a la hora de hacer sentir emociones gastronómicas, algo que hoy en día es necesario para nuestro trabajo”.
En su visita, Custodio Zamarra disfrutó también de los paisajes que deja Somontano desde lo alto de la Sierra de la Candelera pudiendo disfrutar de los viñedos más históricos de la Denominación de Origen Somontano, entre ellos las variedades autóctonas de Moristel y Parraleta.
Zamarra vino en viaje de trabajo acompañado por el director del Zalacain, Carmelo Pérez; por el maître del mismo restaurante José Pereira; por el secretario de la Asociación Madrileña de Sumilleres (AMS), Félix Aparicio y por los directores Antonio García y Mariano Ávila, de los restaurantes madrileños O´Pazo y La Paloma respectivamente. Juntos pudieron enriquecerse también de una de las localidades más apreciadas de Somontano, Alquezar y de los pequeños placeres gastronómicos de Barbastro, entre ellos el Tomate Rosa producto que sin duda podremos encontrar este año en sus restaurantes.
Para Bodega Pirineos fue gran placer el poder contar con la presencia de estos “virtuosos” de la gastronomía y de la sumillería nacional que sin duda son un referente que ejercen siempre y bien, de embajadores de nuestro vino en sus importantes restaurantes.
Sobre Custodio López Zamarra
Humilde, discreto, amable y con mucha psicología Custodio López Zamarra le da forma día a día a su trabajo repartiendo felicidad gastronómica.
Es Coautor de 4 libros de sumillería, 2 veces Premio Nacional de Gastronomía, ex-presidente de la Asociación Madrileña de Sumilleres (AMS) y Presidente Honorífico en la actualidad. Desde el 73 trabaja en el prestigioso restaurante Zalacain de Madrid. Sin duda es el sumiller más reconocido de España.
Si hay que nombrar a alguien que encarne la imagen del Sumiller, con mayúsculas, en España, sería el de Custodio el primer nombre que vendría a la mente. Él es un sumiller con nombre propio, al que se ha llamado el decano, el maestro, el SUMILLER.
Nacido en la localidad toledana de Villatobas en 1949 en Casa Zamarra, una taberna familiar, Custodio empezó empapándose de vino ya desde crío (él mismo comenta en el libro de Lorenzo Díaz “Custodio L. Zamarra Memoria de un Sumiller” que “me crié oliendo a mosto. Anduve a gatas entre las tinajas y los clientes”).
Llegó a Madrid a finales de los 60 y comenzó en la capital, en Casa Antonio, con lo que ya era su oficio. Fue pasando por diversos establecimientos hasta llegar a La Fontana, donde empezó a apasionarse por el vino, y de ahí a Zalacain, el primer restaurante español con tres estrellas Michelín, donde continúa y donde se le puede ver en acción encarnando a la perfección las tareas de sumiller.
Como maestro que es, imparte clases, ofrece consejos, enseñanzas y sigue siendo una de las figuras indispensables de la sumillería, un ejemplo en el que muchos se han fijado, un profesional al que todos, independientemente del estilo que desplieguen en la sala, quieren parecerse.
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