El sur es hoy la última frontera del vino. Tanto en Argentina como en el mundo, ya que los países del hemisferio austral son hoy los que lideran el cambio global en materia de vinos. De los escenarios de la vitivinicultura moderna, la Patagonia ocupa un lugar de privilegio reconocido ya a nivel internacional.
El camino de la consagración ha sido lento. Comenzó en 1909 cuando la bodega Humberto Canale habría sus puertas en lo que era una tierra virgen para el cultivo de la vid. Y se consolida al cabo de 90 años, cuando la provincia de Neuquén entra en el mapa del vino mundial con el desarrollo del Chañar.
En ese siglo del vino en la Patagonia mucha agua ha corrido por sus ríos. Es en la última década, sin embargo, cuando comienza a ser reconocido como un lugar en el mundo del vino. Tres datos corroboran la inserción de nuestra tierra en el escenario global.
Primero, los premios crecientes que los vinos conquistan en concursos internacionales.
Como la medalla de oro obtenida por Familia Schroeder Pinot Noir Malbec 2004, junto con el Cabernet Sauvignon 2005 de la misma marca en la última Vinexpo, la feria de vinos más importante del mundo. A los que se suma Malma 2005 de NQN, elegido entre los 69 mejores vinos de Argentina por la guía nacional Austral Spectator y el premio obtenido por el Merlot Reserva Del Fin del Mundo 2006 de la bodega homónima.
Segundo, el volumen creciente de negocios que la región tiene con países de destino.
Hoy, la Patagonia tiene sus productos bien prosicionados en Canadá, Estados Unidos y algunos países de Europa. Algo que en la perspectiva de Roberto Schroeder, presidente de la bodega que lleva su apellido, “tiende a consolidarse”, según declarara a algunos medios especializados nacionales.
El tercer punto viene de la mano de los nuevos inversionistas que llegan a la Patagonia y que garantizan un volumen creciente de negocios.
Desde importantes bodegueros extranjeros, como Piero Incisa della Rocchetta, al frente de bodega Chacra, al recientemente anunciado desembarco de Claro, el tercer grupo de viñas chilenas medidas en volumen de negocio, propietario de Santa Rita y Doña Paula. Una inversión que viene a sumarse a la ya realizada por capitales trasandinos en Universo Austral, la bodega del Añelo controlada hoy por el grupo Córpora de capitales chilenos.
Con este panorama, las cosas marchan viento en popa para el vino de la Patagonia. Algo que en el marco de un año de crisis es muy alentador. Más teniendo en cuenta que el vino de la región tiene todo por delante para crecer.
Fuente: Vendimia – Chile
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