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MONTECILLO EDICIÓN LIMITADA 2013 RECONOCIDO CON 92 PUNTOS Y MEDALLA DE PLATA EN IWSC

Montecillo Edición Limitada 2013, uno de los vinos más especiales y el más contemporáneo de la bodega, continua seduciendo a los jueces más exigentes gracias a su extraordinaria calidad. 

Montecillo Edición Limitada, expresión de la Rioja eterna y auténtica, es la alianza de dos variedades ancestrales, Tempranillo y Graciano, para ofrecer un vino extraordinario, del que como su nombre indica, sólo elaboramos 30.900 botellas de 750 ml, numeradas y autografiadas por nuestra enóloga, Mercedes García. Desde su lanzamiento, allá en el año 2017 con la añada 2010, este vino no deja de brindarnos grandes satisfacciones, gracias a su calidad y singularidad. Tanto es así que 2019 comenzó con importantes reconocimientos internacionales, lo que supone una importante confirmación del prestigio de la bodega y un aval más de su expertise en elaboración de vinos de guarda. 

La añada 2013 de Montecillo Edición Limitada ha conseguido una vez más una elevada puntuación en la última edición 2019 del prestigioso certamen de vinos International Wine & Spirits Competition; cuyos resultados se han publicado recientemente, en donde se le ha otorgado una Medalla de Plata con 92 puntos a. El jurado describe al vino como “vino juvenil, con buen potencial de crianza. En nariz tiene todas las frutas oscuras, con un toque de regaliz y algunas notas terrosas. El uso notable, pero adecuado, de roble fino le da una agradable textura redonda y cremosa, y más notas aromáticas. Varias capas, complejo, con un acabado fresco.” 

Se trata de un coupage excepcional de las variedades Tempranillo (75%) y Graciano (25%) seleccionados de viñas viejas plantadas en vaso sobre suelos pobres. Tras una larga crianza de 30 meses en barricas artesanales mixtas y de roble francés y posterior envejecimiento en botella un mínimo de 18 meses, el resultado es un vino singular, elegante, intenso y sabroso en la boca, listo para consumir ahora aunque también cuenta con gran potencial de guarda. 

Acerca de IWSC Los productores de vinos y bebidas espirituosas del mundo han enviado sus vinos y espirituosos a IWSC durante 50 años, confiando en que serán juzgados por los principales expertos en cualquier región y estilo. Los ganadores se exhiben durante todo el año en docenas de ferias internacionales y cientos de degustaciones para consumidores, y se presentan a más de 600 profesionales de la industria en nuestro banquete anual de premios, conocido en todo el mundo del vino y el espíritu como los Oscar de la industria. El IWSC se diferencia de otras competiciones, entre otras cosas, por contar con más de 400 jueces de más de 30 países y por el tiempo de evaluación, ya que sus expertos evalúan sólo alrededor de 65 muestras a lo largo del día, lo que les permite mucho tiempo para probar cada vino y evitar la fatiga del paladar. 

Historia de Bodegas Montecillo

En la segunda mitad del siglo XIX, un puñado de apasionados apostó con convicción por el método de elaboración bordelés y empezaron a producir vino con la voluntad de trascender los límites del mercado nacional. Uno de los primeros en hacerlo fue Don Celestino Navajas Matute, de una familia de hondas raíces en Fuenmayor, quien fundó su bodega en 1870. Don Celestino demostró una gran visión de futuro: envió a su hijo Alejandro, a estudiar en Burdeos. Con el paso del tiempo, Alejandro y Gregorio crearían la razón social Hijos de Celestino Navajas, con la idea de proseguir la obra de su padre. La siguiente generación, encarnada en José Luis Navajas -hijo de Alejandro-, estudia enología en Borgoña y en el Penedés y se convierte en el gestor de la bodega familiar e impulsa decisivamente la calidad y el éxito de sus vinos, introduciendo técnicas innovadoras en Rioja como la vinificación en frío, tan característica de la bodega ahora denominada Montecillo. José Luis Navajas no tenía descendencia y decidió poner el legado de sus ancestros en las mejores manos posibles. Así entabló relación con otra centenaria familia vitivinícola, Osborne, quien adquiere Bodegas Montecillo en 1973. Desde entonces, Osborne ha potenciado las grandes virtudes de la bodega de Fuenmayor: la calidad, la tradición y el saber hacer, al construir nuevas instalaciones de elaboración, más espaciosas y funcionales entre los pueblos de Fuenmayor y Navarrete. Es la actual Bodega Montecillo, concebida para una vinificación cuidadosa y para elaborar vinos de larga guarda, auténtica insignia de la marca.