Nadie lo sabe a ciencia cierta pero además de contar, probablemente, con el caliz del Santo Grial entre sus tesoros lo cierto es que la Colegiata de San Isidoro esconde el vino más añejo del mundo. Se trata de un caldo único en el mundo por la “madre que tiene”, una barrica de roble con casi un siglo, y que se conserva bajo dos llaves en una sala contigua a una una de las bodegas de las que dispone la colegiata. El vino es tan único y tan exclusivo que se cuentan con los dedos de una mano el número de personas que, ajenas a la Colegiata, han conseguido deletitarlo…