“Pocos consumidores en el mundo saben que Argentina produce los mejores vinos de Sudamérica” (Robert Parker)
Con más de 300 días de sol en el año, una elevada amplitud térmica (la mayor dentro de la provincia de Mendoza, entre 15º y 20 ºC), el Valle de Uco se ha convertido, en las última décadas, en una de las regiones más codiciadas por los productores de vino de Argentina y del mudo. Nuevas inversiones extranjeras se suman año tras años y se enamoran de este terruño solitario, con características desérticas, que entraña cierta magia y es hacedor de excelentes vinos.
Ubicado en la región Centro Oeste de la provincia y al sudoeste de la ciudad capital(Mendoza),está compuesto por los departamentos de Tupungato, Tunuyán y San Carlos y rodeado por las altas cumbres de los Andes.
Las vides se encuentran en diferentes alturas sobre el nivel del mar, entre los 900 y casi 2000 metros. Se cultivan diferentes variedades tintas y blancas: merlot, pinot noir, malbec, cabernet sauvignon, cabernet franc, semillón, chardonnay, sauvignon blanc, torrontés riojano, entre otras. Cada año se experimenta con nuevas cepas que van incorporándose a la producción del Valle.
Algunos conocedores consideran que es la región que produce los mejores vinos argentinos. Bodegas como Atamisque, Salentein, Andeluna, Flechas de los Andes, La Celia, Bodega Jean Bousquet, han elegido este valle, de bajas precipitaciones, seco y soleado, que favorece la producción de frutas con pieles más gruesas y homogéneo desarrollo de azúcares, color, polifenoles, ácidos y sabores. La pureza del agua, producto del deshielo, asegura un PH bajo en las uvas, a la vez que una mayor acidez y potencialidad de guarda.
Concursos nacionales e internacionales de reconocido prestigio han otorgado distinciones y grandes premios a los vinos de la región.
En otras oportunidades presentaremos a algunas de sus bodegas. Aquí, algunas imágenes de sus vinos.
¡Saludos!
Patrizia :typeo:
“El champagne es como los rizos dorados de una bella mujer y el vino como el rubor de sus mejillas” (Carmilla Narshedi)
