Escribo este post veraniego desde mi propia oficina, sí, 6 de agosto, y este mortal trabajando en la Administración General del Estado ; miro a mi alrededor, solo veo mesas vacías de mis compis de vacaciones, y muchos clientes, medio turistas, medio despistados, buscando ayuda sobre muchos temas que han dejado pendientes, por dejadez, por racanería, o solo por pereza, de generación en generación. Me siento como el Coronel Nicholson en el Puente sobre el rio Kwai, orgulloso de mis tropas, de su valentía ante el ejercito japonés (véase turista en pantalón corto, chanclas y gorrita de BP) , así como su capacidad admirable de enervar a sus enemigos, con esa flema inglesa que tanto me agrada.
Como funcionario del Estado, la crisis me afecta como a todos los españoles; mi sueldo se ha visto cercenado en un buen pico este mes, y así será durante un tiempo, pero es peor para los que han perdido su empleo, y tal como va el país, quien sabe cuando remontaremos ; ese pico es parte de lo que este bloguero se gastaba en vino para poder escribir este blog, y la situación actual obliga a cambios de hábitos (no sotana, tranquilos) ; iba a haber colgado una foto del estado de mi vinoteca, pero me parecía tan doloroso, verla con todas sus baldas de madera colocadas , aquellas que aparcaba detrás porque sino no entraban todos los vinos, ver como se me ha colado alguna cerveza, o incluso peor, un lambrusco, me hizo recordar los buenos vinos que hace apenas unos meses estaban en ella. A todos se les dió homenaje, y de la mayoría aquí escribí, pero como a los buenos amigos, se les echa de menos; aquel Abadia de Retuerta S.E., aquel Tres Picos, ese Neo, aquellos Viña Sastre y este Callejo Reserva en formato mágnum que dejaba pequeños a los demás.
Aún, como al Coronel Nicholson, me quedan algunos oficiales , aquellos que siempre lucharan cerca de mí, aquellos que vencerán a las Hordas del Mal, dirigidas por nuestro magnífico Presidente , y que impedirán que el excesivo vino de supermercado me genere un daño terminal, ruego que los dioses lo provean. Aún guardo un Valsotillo , un Viña Pedrosa , Protos, un Saint Emillion Grand Cru, pero malamente acompañados con otros guerreros de peor porte, que no aguantaran ni la primera copa.
Estos días intento ver poco la tele, menos que de costumbre a ser posible, ya que todo lo que veo me deprime ; playas llenas de gente al sol, peregrinos en buses , políticos que gracias a Dios se van de vacaciones , fulanas y chaperos, controladores aereos y su p.m. , realities, obsceno ”futbol” veraniego, Ms Obama, y me entra un especial cargo de conciencia, ya que me siento en parte culpable de ello, ya que vote a ZP, y asumo mi parte alícuota del desastre.
Solo deseo que no me pase como a Nicholson, y que este puente (blog) no sean dinamitado, ni por el fuego amigo como pasa en la peli, ni por los enemigos de la libertad y del empleo que me complican la vida encareciendome hasta el respirar, a ellos les deseo la hoguera. No nos vencerán, ya que siempre la magia del buen vino logrará la victoria.
R.
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